jueves, 3 de mayo de 2007

Nadie sabe lo bastante

Secretos del Huayna Picchu



¿Sabe el viento por qué
responde la hierba cuando pasa
y quedar en su sitio no puede,
ni aunque quiera?


Y si lo sabe, nada dice
Ni tú,ni nosotros
tampoco lo sabemos


Nadie sabe lo bastante
Sabiduría es esto: no saberlo


Más razón para callar
tienen las personas sensibles y secretas





Recortes de un poema de Emily Dickinson

5 comentarios:

Nick Counts dijo...

good poem! I like it with the picture a lot.

Fernando dijo...

Hay tanto que invita al mutismo, que me invita a la sospecha.

La Bele dijo...

amor secreto del viento y la hierva, amores celestiales y mágicos en un silencio, bien-venido,sentido,deseado, prolongado,buscado,esperado, magnificado silencio ....


Juli, los autores que mencionaste los buscaré, mientras yo te hablo hoy del maestro de Galeano, si podés, busca el libro de los abrazos.
ahora te dejo algo de Patricia Salago,
AZULINACIONES

El insomnio de los rieles agitaba mi cigarro, desplegando su humo sobre el pelo del hombre sentado a mi derecha.

Siete horas viajando junto a un centenar de hormigas descalzas por mis piernas, mientras él, anónimo, extendía tinta imbuido en su labor de crucigramas, conjurando palabras, adormeciéndose entre los casilleros; hasta que su mano se desploma, cae su pluma en mi rodilla, como la pluma de un ángel, pienso y sonrío. Y el azul escurre por mi pantorrilla destilando una línea enorme que va sembrando su lista de palabras para hilvanar en el puzzle inconcluso.

PARAÍSO, le digo, indicándole los siete cuadrados vacíos que él, recién salido del sueño, torpemente llena.

Reviso mi pierna inmóvil, CADALSO, balbuceo y él escribe, FÓSILES, RELICARIO, ASOMBRO, voy dictando a la velocidad del tren, PENUMBRA, LITIO, DIÁSPORA. "Me quito el zapato para ver mejor, SEXO, AUGURIO, FÁBULA, DOCTRINA, aparecen dibujadas en mi empeine, COFRADÍA, está claramente impresa en mi talón.

Y mi hombro quiere hablar y mi talle toma la palabra. Mis muslos comienzan a empuñar sinónimos sin pudores frente a los escasos pasajeros dormidos y el hombre de la derecha me desnuda para descifrar caligrafías en mi espalda, que ya no serán llevadas al papel porque ahora su afán es leerme, traducirme a lenguas vivas, ejercitar el Braile entre mis pechos, alcanzar la verdad en mis sagradas escrituras.

Y yo, como una analfabeta, hago lo mismo desabrochando su camisa y sólo veo piel, mientras que él recita a través de mi columna y me roza y me profana y voy tiñéndome entera de azul, voy diluyéndome entre estos tatuajes provisorios que mañana, superada esta pequeña muerte, esta primera muerte, se irán con el agua.

Sin embargo, al llegar a la estación, reviso la línea inicial buscando el PARAÍSO y en su lugar encuentro borrosamente escrita en azul la palabra OLVIDO.

Juli dijo...

será por eso que no me gusta el color azul...

Fernando dijo...

El azul es mi color preferido y en el olvido no creo.
Debí limitarme a decir "no sé, ah".